lunes, 2 de mayo de 2016

MINI RELATO (Sabor a mar)

 SABOR A MAR


Carol cerró los ojos. Sentía cómo la brisa marina se deslizaba por su cuerpo
acariciándole la piel. Respiró profundamente tumbada sobre la toalla, y poco a poco relajó cada músculo de su cuerpo mientras escuchaba el sonido de las olas golpeando las rocas, y de vez en cuando… el canto de las gaviotas. Como un mantra repitió en su mente: «yo estoy en paz… yo soy paz… paz…» y al poco empezó a sentir esa paz. «Este lugar es ideal para sentirla», se dijo.  

Carol pensó en cuan parecido podía ser un ser humano, con su carácter y sus estados de ánimo, al mar; a veces estaba en calma y relajado como se sentía ella en ese momento; otras veces se veía agitado e inquieto igual que en aquel mismo instante; y en otras ocasiones parecía enloquecer, cuando agitaba sus aguas con furia, como si fuera una persona llena de ira.

A través de los parpados notaba la fuerte luz del sol atenuada por la sombrilla.

Se acordó de Alex, él se había ido a navegar con sus amigos mar adentro en su lancha zodiac. Habían quedado en que ella le esperaría en aquella orilla de la playa, pero ya estaba tardando.
Carol se concentró en el sonido de su respiración profunda, «casi suena como el mar» pensó «aunque más suave… ¡como si fuera un susurro de mar!» exclamó para sí mientras sus labios se curvaban en una leve sonrisa.
Cuando el mar estaba tranquilo y cálido, a ella le encantaba tumbarse en sus aguas… flotando, y con los ojos cerrados se sentía como si estuviera sujeta por unos brazos que la mecían.
«El mar es impredecible» se dijo de pronto «como algunas personas…» murmuró. Carol recordó que su madre se lo había explicado de niña (lo del mar), lo de las personas lo descubrió ella más adelante.

“Sucedió hacía ya tiempo… cuando sus padres eran novios. Ese día habían ido a la playa, y su madre se estaba dando un baño no muy lejos de la orilla porque no sabía nadar, de pronto sintió que la arena bajo sus pies desaparecía y el agua tiraba de ella hacia abajo. «Era un remolino» le había aclarado su madre cuando se lo contó. Su padre enseguida fue a su rescate, pero no era buen nadador, y una tercera persona tuvo que rescatar a ambos.”

Alex estaba tardando…  
Su madre le enseñó a ser prudente en el mar, pero aun así, Carol se sentía  demasiado atraída por él, le encantaba escuchar su sonido… como si le estuviera hablando a ella, y a veces se le iba el tiempo observando el vaivén de sus aguas hasta quedar hipnotizada, o nadaba hasta quedarse sin fuerzas.

Carol sintió en sus labios un roce frío con sabor a sal. «Alex», se dijo, lo supo aun con los ojos cerrados, y enseguida dio un respingo al sentir múltiples gotitas de agua fría sobre su piel templada por el sol. Abrió los ojos, y vio una sonrisa en el rostro de Alex. Ella se incorporó con gesto serio, aun cuando la sonrisa de él era contagiosa.
‒Has tardado ‒dijo ella‒ ¿Sabes que llevo tanto tiempo escuchando al mar… y pensando en él, mientras te esperaba, que ya me está atrayendo…? ‒añadió.
‒¿Pensando en quién? ‒preguntó él dejando de sonreír
‒En el mar… ‒Contestó Carol, y ya se dirigía a la orilla, donde rompían las olas, cuando Alex la sujetó por la cintura, y se colocó delante de ella con sus ojos negros fijos en los azules de ella, le sujetó la cabeza con ambas manos y unió sus labios a los de Carol.
Fue un beso único… intenso, que le llenó el cuerpo de sensaciones y la dejó sin aliento.
‒¿El mar puede hacer esto? –preguntó él satisfecho.
‒¡No…! ‒reconoció ella‒. «Pero ese beso… lleva su sabor… sabor a mar» pensó sonriendo, y volvió a unir sus labios a los de él, cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones, mientras escuchaba el canto del mar.
                                                                              Ascen Garci






     

2 comentarios:

  1. Es muy bello lo que has escrito, Ascen, amiga. Tiene el sentimiento y la
    belleza del mar, es un enigma y a la vez como si nos hablara con su sonido
    vibrante y especial...

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    1. Gracias, amiga. El sonido del mar tan relajante... tantas veces que, tumbada sobre la arena, me he adormecido escuchándolo... :)

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