ME QUEDÉ DORMIDA
Pensando en ti y
en tu lejanía,
poco
a poco me quedé dormida,
y
soñé con un mundo de fantasía:
unicornios,
elfos y algunas ninfas;
duendes,
aves fénix y una arpía…
hasta
licántropos y dragones había,
pero
iba contigo, y a nada temía.
Llegamos
a la ciudad prohibida.
Subimos
montes hasta la cima,
bailando…
sintiendo la brisa,
y
bajamos cantando una melodía.
Nadamos
en mares de alegría
y
riendo… regresamos a la orilla.
Pensando
en ti me quedé dormida,
hasta
que oí una voz que me decía:
despierta,
¡que ya llegó el nuevo día!
Abrí
los ojos todavía aturdida,
y
sonreí… al ver tu dulce sonrisa.
De
mi sueño, te traje a mi vida.
Reflexionando:
Si tienes un
sueño intenta vivirlo, pero si a pesar de intentarlo no consigues vivirlo… entonces…
¡suéñalo!